Hola, soy Xavier Pastor y mi objetivo es ayudar a las empresas industriales a mantenerse como generadoras de riqueza de forma sostenible, consolidando su crecimiento.

Nací en Ibi, pueblo industrial por excelencia, que a lo largo del siglo XX consolidó en la industria su fuente de riqueza y que ha sabido superar varias crisis reconvirtiendo y ampliando sus sectores productivos, poniendo en valor su buen saber hacer.

Vinculado a la industria juguetera por raíces familiares, estudié Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Seis años cruciales en mi formación personal y profesional, que culminé haciendo el último año de estudios y el proyecto final de carrera en Lyon, Francia, en la École Centrale de Lyon, dentro del programa de intercambio de estudiantes europeos Erasmus que empezaba a rodar por aquellos años. Allí compartí estudios y diversión con estudiantes de toda Europa y de la Francofonía Africana, en una experiencia que me permitió dejar de lado muchos tópicos y ampliar mis horizontes.

En mi vida profesional siempre he estado vinculado a empresas industriales, asumiendo diversidad de funciones y liderando procesos de cambio e introducción de nuevas tecnologías y metodologías de trabajo. La formación como ingeniero me ha permitido siempre una rápida adaptación a los diferentes entornos de trabajo y me ha dado la base para ampliar mi formación de una forma más especializada cuando ha sido necesario. Gestión internacional de empresas, sistemas de gestión de la calidad, propiedad intelectual, seguridad laboral y emergencias, finanzas, energías renovables… son algunas de las áreas en las que he ampliado mis conocimientos a lo largo del tiempo.

Creo que es importante sentirse arraigado al lugar donde vives y trabajas, pero que también es necesario tener alas para volar y poder moverte por el mundo con libertad. Hablando inglés y francés con fluidez, además de tener nociones de otros idiomas como portugués, italiano o alemán, he podido viajar prácticamente por todas partes buscando clientes o proveedores, o incluso para establecer fábricas en el extranjero. Nunca me ha dado pereza hacer la maleta e irme hasta el otro lado del mundo cuando ha sido necesario. En eso tengo que agradecer a mi familia, y en especial a mi mujer, que nunca se han quejado cuando he pasado semanas fuera de casa.

Me considero una persona dialogante y abierta, paciente y constante; virtudes muy necesarias en cualquier trabajo, pero más en el mío. Las soluciones a los problemas no surgen de la nada. Y aunque, como solemos decir, la experiencia es un grado, hay que hablar con mucha gente, estudiar mucho, y ser muy persistente para que las ideas lleguen y, además, alguna sea la buena. El ingenio, de donde deriva la palabra ingeniero, no es ciencia infusa.